sábado, 25 de enero de 2014

Aquel de vosotros que esté libre de pecado, que tire la primera botella

En el colegio yo era una niña bien (bien perna), así que no tomaba ni fumaba ni bailaba apretadito. Ok, sí fumaba, pero no bailaba ni suelto ni apretado porque era tiesa como una tabla de madera nativa, no de cholguán, y estaba traumada -los 3 estadios que asentaron mi trauma en un próximo post-. Y definitivamente no tomaba.

Entonces vino la mayoría de edad, la U y el livin' la vida loca.

Rápidamente descubrí que no pasaba ni chela ni vino ni pisco, porque en realidad el puro sabor del copete ya me daba asco, así que una voz me habló en sueños para asegurarme que lo mío era el vodka. Pobreperodelicá. Lo bonito del vodka era que con jugo pasaba piola, lo que generó un montón de situaciones (ahora) chistosas, como cuando vivía con una amiga y quedamos las dos tan ebrias con los "traguitos" que tomamos antes de salir a bailar, que se nos quedaron AMBAS llaves adentro del departamento y tuvimos que llamar (más ebrias) a un cerrajero a la mañana siguiente. El caritativo trabajador nos cobró 15 lucas por PASAR UNA MICA por el lado de la puerta. Otra vez, tomando con la Lauris -quien, además de ser mi mejor amiga, es universalmente conocida por su sempiterno comentario acerca del vodka-naranja que "parece puro juguito" aunque tenga sabor a colonia- encontramos que el mejor panorama era dejar botada la película que estábamos viendo para que me depilara los brazos con cera en la mesa de la cocina. En un halloween memorable terminé durmiendo la borrachera segura de que compartía el colchón con una amiga, para despertar a la mañana (tarde) siguiente al lado de una pelá con pinta de okupa que nadie sabía cómo había llegado al carrete. Por mencionar algunas.

Hay combinaciones y combinaciones en el siempre sorprendente mundo del alcohol. Vodka + cerveza es, por ejemplo, una dupla ganadora. Obviamente no juntos, wíshili, sino intercalados: vaso de vodka, lata de cerveza, vaso de vodka, lata de cerveza, vaso de vodka, lata de cerveza ad infinitum. Especialmente recomendado para quienes quieran mantenerse toda la noche nicemente arriba de la pelota sin que peligre su dignidad. El problema es que me había curado tantas veces con vodka que me terminó pateando, hasta que los cielos se abrieron y bajó a mis manos un elixir de los dioses en forma de kem piña + vino blanco -mezcla que creo que tiene un nombre, pero como Mijiland es un universo paralelo, nunca lo logré retener-. En mi inocencia juvenil, creí que había encontrado la cura para el SIDA o, al menos, mi nuevo copete favorito. Ternurita. Después de 2 días seguidos el malestar y la caña causadas por esta falsa ambrosía fueron tan terribles que, sumados a mis decepciones alcohólicas anteriores, decidí, redoble de tambores, dejar de tomar.

Sí, leyeron bien; no tomo. Pero aclarémoslo: No soy una alcohólica en recuperación ni creo que el copete sea la causa de la desigualdad social, el hambre en el mundo ni los pelos en las piernas. Solo no me gusta el copete. Me cae físicamente mal, es caro, tiene muchas calorías y jamás me gustó de sabor. Aparte de que no lo necesito para desinhibirme o pasarlo bien, porque soy la típica hueona a cuya amiga le preguntaban en los carretes "oye, ¿tu amiga está borracha?", "no, siempre es así :)". Igual ocasionalmente puedo tomarme un trago, pero en estos 2 años y tanto son pocas las veces que me han dado ganas de empezar uno y menos todavía las que he llegado a terminarme el vaso. No sé, llámenme loca, pero encuentro que mi postura es bien razonable.

El resto del mundo no.

Ilustro. Imagínense la siguiente escena:
- Oye, ¿querís un puchito?
- No, gracias, no fumo.
- ¡¿¡¿POR QUÉ NO?!?!

O esta otra:
- Oye, ¿querís un pito?
- No, gracias, no fumo marihuana.
¡¿¡¿POR QUÉ NO?!?!

O bien:
- Oye, ¿querís una línea?
- No, gracias, no jalo.
¡¿¡¿POR QUÉ NO?!?!

Estúpido, irreal -a menos que tengas 15 años en una película gringa de destrucción adolescente-, inexplicable. Y, en cambio, yo tengo que dar todo el discurso pidiendo perdón y tirándome guata para arriba como un perrito sumiso cada vez que digo que no quiero un copete. Why, God, why.

Otra hueá qué no logro entender es que me hayan preguntado más de una vez al saber que soy prácticamente abstemia. "Pero, ¿nunca sales a tomar algo? ¿Con tu pololo, con tus amigos, no?". No, hueón, si cuando flota en el aire el término "tomar" me meto debajo de la cama con un vaso de leche tibia y le tiro escupitajos en la cara a quien trate de sacarme... Just for the record, no tomar NO significa no carretear, no salir o no tolerar que otros tomen en mi presencia.

Ya, iba a pensar un final como chistoso para este, mi primer post post, pero me dio lata. Así que sean nice, imagínense que dije algo hilarante y ríanse igual. O comenten. O compartan en Facebook. De preferencia, todas las anteriores.

16 comentarios:

  1. Que gracioso, leerte es como estar escuchandote

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    1. Ji. Me acordé de un capítulo de "El fantasma escritor" en que Tina se pone a trabajar de asistente de una actriz de quien es fan. Entre sus obligaciones está responder el fan mail de esta galla, que para orientarla le dice "escribo en la forma que hablo"... lo más perturbador es que lo recuerdo perfecto y lo debo haber visto hace 15 años.

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  2. Jajajaja recuerdo contundentes carcajadas en las "fiestas de colegio" a causa de tus bailes.
    Creo que seré asidua de este blog.

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    1. Sí, ustedes son parte de mi trauma :) gracias, malditas.
      Encantada de recibirla cuando quiera, mija.

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  3. Sicodelico todo jeje, aunq entiendo!, debo decir q m e reido! Jaja, tu no cambias amiga de la infancia ^^

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    1. No cambio, solo me hago más absurda :) Gracias por comentar, Cony! (Te reconozco aún en tu anonimato, muejeje).

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  4. Como ciudadana del país de los que no tomamos te hallo toda la razón. Cada vez que conozco a alguien nuevo tengo que explicar el por qué no tomo, aclarando que no es que venga saliendo de Dianova ni que me haya cambiado de religión. No olvidemos, además, el incesante desfile de ofertas originales tipo: "pero si el maracuyá sour es como juguito!", "...es que nunca te has tomado un mojito hecho por mí", "...y si te lo tomai al seco?", etc.
    Hang in there, sis! :)

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    1. Grande, Dianova!
      Jajaja, las otras ofertas las he escuchado, pero lo de tomárselo al seco es nuevo... con qué malas juntas te andai metiendo, negrura?

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  5. Ehm, yo he visto y he pasado por 2 de las 3 escenas anteriormente ilustradas (Lease la de "No Fumo" y la de "No Piteo", solo me falta la de "No Jalo", aunque pasé por la de "No Halo"... Chiste fome.), y he tenido que explicar el por que. La de No Tomo fue un habitual mío hasta que cumplí como 20, cuando al final me dí cuenta que el ser abstemio es muy mal visto socialmente (especialmente cuando te invitan a carretear a la casa de tu jefe), así que simplemente aprendí a tomar sabiendo cuando parar (para así poder reírme de las estupideces que hace el resto).
    Creo que (a riesgo de sonar como Amaro Cabello) el mundo es una película de destrucción adolescente.

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    1. Claramente tu mundo debe ser una película de destrucción adolescente, porque a mí jamás me han cuestionado por esas cosas. "No fumo marihuana" puede generar una amigable conversación al respecto, pero nunca me tocó que me exigieran explicaciones.
      Bueno, cuando socialices conmigo podemos tomar juguito :)

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  6. +1+1+1
    También dejé de tomar, por las mismas razones que tú, y leyendo esto me encontré infinitamente aweona por dar tanta explicación al respecto.

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  7. "Porque deja la cara como la tuya" podría ser una respuesta válida.

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  8. Kem+vino blanco = tropical, aunque prefiero como lo llama mi hna Trini, "kevin", porque es más shulo xD

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  9. Ese Kevin debe ser primo o hermano de Melvin (melón + vino)

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